Ser aval no es solo un favor, pues, al fin y al cabo, es un compromiso serio, con consecuencias legales y financieras que deben conocerse a fondo. En Chile, muchas personas asumen este rol para apoyar a un familiar o amigo en la obtención de un crédito, sin saber exactamente en qué se están metiendo. Este artículo de Deudas.cl. desglosa lo que realmente significa ser aval, los riesgos asociados y cómo protegerse adecuadamente.

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¿Qué es ser aval?

En términos simples, es una persona que se compromete a pagar una deuda ajena en caso de que el deudor principal no lo haga.

En Chile, esta figura se encuentra regulada por el Código de Comercio y por diversas leyes relacionadas con operaciones crediticias. El aval firma un contrato —ya sea en una institución bancaria, financiera o notarial— que lo convierte en responsable solidario de la deuda.

Esto implica que la institución acreedora puede, sin necesidad de agotar instancias con el deudor original, exigir el pago al aval. Por lo tanto, no se trata de un respaldo secundario. Es una obligación principal desde el momento en que el deudor incurre en morosidad.

La figura del aval es común en:
Créditos de consumo, préstamos estudiantiles (como el CAE), arriendos de inmuebles, leasing, créditos comerciales, y en contratos de prestación de servicios.

En muchos casos, cuando el solicitante no tiene suficientes ingresos o historial crediticio, las instituciones exigen un aval para aprobar la operación.

Riesgos de ser aval: ¡Es mucho más que una formalidad!

Uno de los mayores errores es pensar que ser aval es un mero trámite. La realidad es otra. Si el deudor deja de pagar, la carga financiera recae directamente sobre el aval, quien incluso puede ser demandado judicialmente, sufrir embargos de bienes y ser registrado en el boletín comercial (DICOM).

Si el aval paga la deuda, legalmente tiene derecho a cobrar al deudor original.
Sin embargo, puede ser un proceso lento, costoso y muchas veces infructuoso, especialmente si el deudor no tiene recursos.

Ahora bien, ¿puede el aval liberarse de su compromiso? Sí, pero no es simple.
Una vez firmado el contrato, la única manera de que un aval se libere de su obligación es que el acreedor (por ejemplo, el banco) lo acepte. Esto puede suceder si se sustituye por otro aval, si el deudor cancela anticipadamente la deuda, o si se renegocia el crédito.

En algunos casos, los contratos tienen cláusulas que extienden el compromiso del aval incluso si se renegocia la deuda sin su consentimiento. Por eso, es clave leer con atención cada palabra del contrato.

¿Qué implicancias legales y de riesgo significa ser aval?

Antes de firmar

Si vas a asumir este compromiso, es indispensable que sigas ciertas recomendaciones.

  • Leer el contrato completo, especialmente las cláusulas sobre responsabilidad solidaria.

  • Conocer el monto total del crédito y sus condiciones (plazos, intereses, garantías).

  • Evaluar si se está en condiciones de asumir la deuda en caso de incumplimiento del titular.

  • Solicitar copia del contrato firmado.

  • Analizar si es posible establecer límites a la responsabilidad del aval (en algunos casos se permite).

  • Conversar con el deudor principal sobre un plan de respaldo, en caso de emergencia.

En Chile, ser aval es una figura legal poderosa, pero riesgosa. Puede parecer un acto de confianza o de cariño, pero tiene consecuencias concretas que pueden arrastrar a una persona a un endeudamiento no deseado. Por eso, antes de firmar, es mejor detenerse, informarse y tomar una decisión consciente. Porque más vale una conversación incómoda hoy, que una deuda impagable mañana.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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