En Chile, miles de personas enfrentan cada año una demanda ejecutiva sin entender bien de qué se trata. El nombre suena técnico, pero sus efectos son muy concretos: puedes perder bienes o dinero en pocos días si no reaccionas a tiempo.
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La eficacia de una demanda ejecutiva bien aplicada
Es el camino más rápido que tiene un acreedor para exigir el pago de lo que se le debe. No hay largas discusiones ni pruebas complejas.
Una demanda ejecutiva es un proceso judicial que se usa para cobrar una deuda respaldada por un documento válido.
Puede funcionar un pagaré, un cheque protestado o una sentencia previa.
Si el documento cumple los requisitos legales, el juez puede ordenar el embargo inmediato de bienes o cuentas bancarias del deudor.
¿Cómo se realiza esta operación?
1. El procedimiento comienza cuando el acreedor presenta la demanda con el llamado “título ejecutivo”. El tribunal revisa el documento y, si todo está correcto, dicta una resolución que ordena notificar al deudor y embargar bienes.
2. Desde ese momento, el tiempo corre en contra del demandado. Solo tiene cuatro días hábiles para oponerse. Y las razones para hacerlo son limitadas: puede alegar que ya pagó, que el documento es falso o que la deuda no le pertenece.
3. Si no se presenta oposición o esta es rechazada, los bienes embargados pueden rematarse públicamente. Con el dinero obtenido, se paga la deuda, los intereses y los costos judiciales.
Por eso, recibir una demanda ejecutiva no es algo menor; es una señal de alerta que requiere acción inmediata. Ignorarla puede costar caro. Si te llega una notificación, lo más recomendable es buscar asesoría legal de inmediato.
En Deudas.cl ayudamos a las personas a entender sus derechos, negociar con sus acreedores y enfrentar el proceso con información y apoyo. Nadie está solo frente a una demanda ejecutiva.
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