El embargo por deudas del Crédito con Aval del Estado no es inmediato. Es el último paso de un proceso judicial que comienza cuando no se cumplen los pagos acordados. Primero viene la demanda del CAE. Luego, el juicio. Y al final, si no se actúa a tiempo, el embargo.

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No pagué la deuda, ¿puedo ser embargado?

El riesgo siempre existe, pero antes de llegar al embargo, el tribunal dicta una sentencia.

Después, notifica al deudor. Esa notificación es clave, pues es la última oportunidad para reaccionar. Si se ignora, el acreedor puede solicitar la ejecución de la sentencia. Ahí es cuando el embargo se vuelve real.

El embargo puede implicar retener parte del sueldo, incautar bienes personales o congelar cuentas bancarias.

Esto no solo afecta el día a día, también golpea el historial crediticio. Solicitar un crédito, arrendar un inmueble o incluso firmar ciertos contratos se complica. Y manejar los gastos básicos se vuelve un desafío.

Formas de evitar el embargo por CAE

Ante una notificación, lo primero es confirmar que sea legítima. Luego, buscar apoyo legal. Un abogado especializado en deudas puede orientar sobre los derechos y opciones. A veces se puede impugnar la orden y, en otras, negociar un acuerdo más favorable.

Renegociar la deuda con el acreedor es una estrategia efectiva. Se pueden reducir intereses o extender plazos. Consolidar todas las deudas en un solo crédito más manejable es otra alternativa. Incluso, declararse en insolvencia es posible. Este proceso legal protege temporalmente del embargo y da espacio para reorganizar las finanzas.

Ante una demanda, ¿se arriesga embargo por deudas impagas del CAE?

El embargo por CAE no es el fin del camino. Con información, asesoría y decisiones rápidas, es posible evitar que la situación escale. Actuar antes de que el proceso llegue a la última etapa es la mejor defensa.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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