Las casas comerciales se han convertido en una de las principales vías de financiamiento para miles de chilenos. Con tarjetas propias y créditos fáciles de obtener, ofrecen la ilusión de acceso rápido al consumo.

Pero detrás de esa aparente comodidad, se esconde un riesgo que muchos desconocen. Las tasas de interés pueden ser más altas que las bancarias. Los cobros por mora crecen con rapidez. Y los convenios de pago suelen extender la deuda más de lo previsto.

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¿Cuándo los productos de las casas comerciales son una amenaza?

El problema comienza cuando el deudor se retrasa. Un pequeño atraso puede transformarse en una bola de nieve. Los intereses y comisiones aumentan el monto total, y pronto la deuda se vuelve impagable.

En esa etapa:

  • Las casas comerciales pueden iniciar gestiones de cobranza, reportar al deudor en DICOM y, en los casos más graves, presentar demandas judiciales.
  • Si el tribunal da la razón al acreedor, se abre la puerta al embargo de bienes o retención de ingresos.

Otro riesgo importante es la falsa sensación de seguridad. Muchos consumidores creen que las deudas prescriben en cinco años. Sin embargo, si la empresa envía una carta de cobranza o interpone una demanda, el plazo vuelve a comenzar. Esto significa que una deuda antigua puede reaparecer en cualquier momento, incluso años después.

Casas comerciales: ¿Cuál es el riesgo silencioso que enfrentan los deudores?

Por eso es fundamental conocer los derechos y actuar con prudencia. Antes de aceptar un crédito, hay que revisar el contrato, calcular los pagos y asegurarse de poder cumplirlos. En el mundo del crédito, ¡la información es la mejor defensa!

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