En los últimos meses, muchas personas han recibido visitas o llamadas de algún supuesto receptor judicial. Incluso, los aprovechadores exigen pagos inmediatos o amenazan con embargos. Pero ¿cómo saber si se trata de un verdadero funcionario del Poder Judicial o de un intento de estafa?
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Un receptor judicial es un ministro de fe nombrado por la Corte de Apelaciones. Su función es notificar resoluciones judiciales, realizar embargos, lanzamientos y remates, entre otras diligencias ordenadas por los tribunales. Es decir, actúa por mandato de un juez, no por cuenta propia. Todo lo que certifica tiene valor legal, porque se presume verdadero.
¿Es o no es? Diferencia a un receptor judicial
Para reconocerlo, lo primero es pedir su credencial oficial. Este documento incluye su nombre completo, número de receptor, y la Corte de Apelaciones donde está inscrito. Debe tener sello y firma del Poder Judicial. Cualquier persona puede verificar su autenticidad en el sitio web del Poder Judicial de Chile, buscando por nombre o RUT.
Características de uno oficial y un impostor
Un verdadero receptor nunca exige pagos en efectivo ni transferencias personales. Si existe una deuda judicial, esta se tramita dentro de una causa con un número y un tribunal asignado. El receptor debe entregar una notificación con timbres, nombres y referencias del expediente. Si no puedes verificar esos datos en la Oficina Judicial Virtual, es mejor desconfiar.
Los estafadores suelen aprovechar el miedo. Llaman diciendo que irán a embargar o desalojar usando papeles falsos o logotipos inventados. La mejor defensa es informarse y verificar cada detalle.
Si tienes dudas, comunícate con tu abogado o revisa directamente en el Poder Judicial. Recordar esto puede ahorrarte dinero, angustia y malos ratos. En materia judicial, la prudencia siempre es tu mejor aliada.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.
