Cuando una deuda cumple ciertos plazos legales, puede ‘extinguirse’ al prescribir.
Pero eso no ocurre por arte de magia. Muchos creen que con el paso del tiempo la deuda desaparece sola. No es así, pues para que se declare prescrita, hay que iniciar un proceso judicial.
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La guía para prescribir una deuda
El trámite se conoce como alegar la prescripción extintiva. Solo un juez puede determinar si la deuda dejó de existir y si ya no corresponde pagarla.
Confirmar los requisitos
Antes de hacer cualquier gestión, lo primero es revisar si la deuda cumple con las condiciones necesarias para prescribir. No todos los casos son iguales. Algunos plazos pueden haberse interrumpido o suspendido por acciones del acreedor.
Por eso, lo recomendable es contar con la asesoría de un abogado. Este profesional evaluará la documentación, los plazos y cualquier intento de cobro. Si todo está en regla, preparará la solicitud formal.
Presentar la acción en tribunales
El siguiente paso es presentar la demanda o la excepción de prescripción ante el tribunal. En este punto se debe acompañar la evidencia que demuestre que los plazos ya vencieron.
Luego, el tribunal revisará el caso. El proceso puede durar entre tres y seis meses, dependiendo de la carga judicial y la complejidad del caso.
Esperar la resolución
Si el fallo es favorable, la deuda queda extinguida. Ya no existe obligación de pago ni validez de las cobranzas. Eso sí, el nombre del deudor podría seguir apareciendo en registros como DICOM. En ese caso, se debe solicitar directamente a Equifax la eliminación del registro, mostrando la resolución judicial.
Recuerda: solo una acción judicial puede declarar prescrita una deuda. Si el acreedor insiste en cobrar después del fallo, basta con presentar los documentos que acrediten la prescripción.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.
