Convertirse en aval de un crédito es una decisión que no debe tomarse a la ligera. Esta figura se utiliza comúnmente para garantizar que el prestatario cumpla con sus obligaciones financieras. Sin embargo, aceptar ser aval conlleva una serie de riesgos y responsabilidades que pueden tener consecuencias significativas. A continuación, en Deudas.cl exploramos los principales contras de asumir este rol.
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¿Decidir ser aval es un riesgo financiero?
Uno de los mayores contras de ser aval de un crédito es el riesgo financiero que implica. Al asumir esta responsabilidad, el aval se compromete a pagar la deuda en caso de que el deudor principal no pueda hacerlo. ¿Qué significa esto? Si el prestatario incumple con sus pagos, el aval tendrá que hacerse cargo de la totalidad de la deuda. Este compromiso puede afectar gravemente la estabilidad financiera del aval, especialmente si no cuenta con los recursos suficientes para cubrir la deuda.
Además, el aval puede enfrentar dificultades para obtener créditos propios. Los bancos y otras instituciones financieras consideran el monto garantizado como una deuda potencial. Esto puede reducir la capacidad de endeudamiento del aval y aumentar las tasas de interés aplicables a futuros préstamos. Junto con lo anterior, esta situación puede limitar significativamente las opciones financieras del aval.
Impacto en las relaciones personales
Otro aspecto negativo de ser aval de un crédito es el posible impacto en las relaciones personales. Es común que amigos o familiares soliciten a sus seres queridos que actúen como avales. Si el prestatario no cumple con sus obligaciones y el aval se ve obligado a pagar la deuda, esto puede generar tensiones y conflictos en la relación.
Las expectativas y las promesas incumplidas pueden erosionar la confianza y el afecto entre las partes involucradas. En casos extremos, la relación puede deteriorarse irreparablemente, lo que lleva a la pérdida de una amistad o el distanciamiento de un familiar. Por lo tanto, es crucial considerar cuidadosamente las implicaciones personales antes de aceptar ser aval de un crédito.
Consecuencias legales
En Chile, ser aval de un crédito también conlleva posibles consecuencias legales. Si el deudor principal no cumple con sus pagos, el aval puede ser demandado judicialmente por la institución financiera para recuperar el dinero adeudado. Este proceso legal puede ser largo y costoso. Es más, puede incluir el embargo de bienes del aval para satisfacer la deuda.
Además, el historial crediticio del aval puede verse afectado negativamente. Los impagos y las demandas judiciales pueden ser reportados a las centrales de riesgo. Lo anterior puede dificultar futuras transacciones financieras y la obtención de créditos. Este daño a la reputación financiera del aval puede tener efectos duraderos, incluso después de que la deuda haya sido saldada.
Estrés y presión psicológica
El estrés y la presión psicológica son otros contras significativos de ser aval de un crédito. La preocupación constante por el cumplimiento del deudor principal y la posibilidad de tener que asumir una deuda significativa pueden generar altos niveles de ansiedad y estrés. Esta situación puede afectar la salud mental y el bienestar del aval, especialmente si se prolonga en el tiempo.
Además, la incertidumbre sobre el comportamiento financiero del prestatario y la necesidad de monitorear sus pagos puede ser agotadora. El aval puede sentirse atrapado en una situación sobre la cual tiene poco control, lo que puede afectar negativamente su calidad de vida y su tranquilidad.
Falta de beneficios directos
Por último, ser aval de un crédito generalmente no ofrece beneficios directos al aval. A diferencia de un préstamo personal, donde el prestatario recibe los fondos para su uso, el aval solo asume la responsabilidad sin obtener ninguna ventaja financiera. Este desequilibrio entre riesgo y beneficio puede hacer que la figura del aval sea una opción poco atractiva para muchas personas.
En resumen, ser aval de un crédito en Chile conlleva una serie de contras significativos. Estos van desde el riesgo financiero y las consecuencias legales hasta el impacto en las relaciones personales y la presión psicológica. ¿Qué debes hacer antes de aceptar esta responsabilidad? Evaluar si realmente vale la pena asumir tales riesgos considerando los factores expuestos.